África es una comunidad que vive en la calle. El confinamiento es impensable porque la mayoría de la población vive al día. Una forma de vida que requiere salir de casa para ganarse la vida, para comprar alimentos -no hay capacidad de almacenaje ni refrigeración- y para buscar aprovisionamiento diario de agua –solo un 24% de la población del África subsahariana tiene acceso al agua potable (OMS/UNICEF, 2017).
Hablamos de un continente sumido en una gran tesitura. Las anteriores crisis humanitarias existentes que ya padecía, se han sumado a esta emergencia sanitaria.
El 14 de febrero se reportó el primer caso en África. Continente que a pesar de representar el 17% de la población mundial -detalla el diario ABC- solo “un 3,5% de las muertes por Covid-19” forman parte de éste. Datos que contrastan con las predicciones de la OMS -Organización Mundial de la Salud- y de algunos Gobiernos.
Según los últimos datos publicados por Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC), cuenta con más de 2.429.000 casos y 57.400 muertes. En total se han realizado 24 millones de test de detección –recalca – y solo el 70 % en diez países.
Se han formulado varias teorías sobre estas cifras tan sorprendentes:
- La estructura de edad de la población. África es un continente muy joven donde, la edad media ronda los 20 años y la población anciana representa menos del 10%. Mientras que en muchos países europeos, la población está bastante envejecida.
- La complejidad del conteo y recepción de datos, junto a la carencia de sistemas para hacerlo. Existe una falta de identificación y registro de las muertes. Por ejemplo Kenia, país cuyo registro de la mortalidad por Covid-19 era complejo debido a la poca capacidad.
- Los climas cálidos y húmedos parecen favorables para hacer frente a la pandemia. Un reciente estudio -Grupo de Análisis Científico del Coronavirus- creado por el ISCIII informó sobre los descensos en la mortalidad provocados por climas húmedos y de temperaturas más altas.
- Experiencia en el control de epidemias. El sistema de salud pública africano proporcionó una respuesta más efectiva que otros países, debido a la preparación previa por epidemias anteriores.
- Capacidad de resistencia de una población acostumbrada a vivir en condiciones más arduas
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número total de camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos es inferior a 5.000 –cinco camas por cada millón de personas- en 43 países Africanos.
Sudáfrica -según los datos del Centro de Documentación Europea de Almería- es el país con más casos registrados. Seguido de Etiopía y Argelia.
«No cabe ninguna duda de que una segunda ola está aquí y que será más agresiva que la primera», aseguró John Nkengasong –director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC)- en una conferencia de prensa virtual.
Nkengasong recordó la necesidad de conseguir que la vacuna se distribuya en grandes cantidades en 2021 para evitar que los focos de transmisión den “lugar a nuevos brotes”.
¿Cómo se muestra la población Africana ante la vacuna?
Al tratarse de una vacuna desarrollada en un tiempo récord a muchos africanos no le proporciona la suficiente fiabilidad –afirma Heidi Larson, Directora del Proyecto de Confianza en Vacunas (VCP) y profesora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM)- «No es algo único que sucede con la Covid-19”- concluye- “prácticamente nos enfrentamos a lo mismo con el ébola».
África CDC realizó un estudio donde se muestra que Etiopía es la nación con una recepción más favorable hacia la vacuna, pues el 94 % de los etíopes aseguraron que se vacunarían; mientras que la RDC aglutinó el porcentaje más bajo, con un 59 % favorable.
Por desgracia, no se espera que la campaña de vacunación comience en 2021 debido al alto cose y a las necesidades logísticas para mantener la vacuna. Los expertos estiman que la “inmunidad de rebaño” no se conseguirá hasta dentro de tres años.